Mucha gente está confundida sobre el marketing y la publicidad, pues creen que son y sirven para lo mismo, pero la verdad es que estas dos disciplinas son muy diferentes. Es esencial comprender las diferencias entre estas prácticas sobre todo si deseas dedicarte a alguna de ellas o si requieres servicios relacionados para el crecimiento de tu negocio.
Básicamente, la diferencia entre marketing y publicidad es que, si bien ambos tienen como objetivo atraer clientes potenciales, uno se enfoca más en crear conciencia de marca y construir lealtad del cliente, mientras que el otro tiene como objetivo convertir los clientes potenciales en ventas.
La clave para comprender las diferencias entre estas dos prácticas es comprender que ambas son componentes esenciales de una estrategia general de una empresa. Al combinar estas dos, las empresas pueden construir marcas fuertes y hacer crecer su negocio.
Cuando un vendedor usa estas estrategias, se está centrando en los cuatro elementos principales del marketing: producto, precio, lugar y promoción. La idea detrás de estos elementos es ayudar a las empresas a identificar la brecha actual en su industria y satisfacer la demanda de los consumidores.
Los anunciantes utilizan una variedad de técnicas y tácticas para crear una proyección sobre sus productos, incluidos televisión, radio, anuncios impresos, mailing y redes sociales. El mensaje debe proporcionar a los consumidores una comprensión clara de lo que es el producto y por qué es mejor que otras opciones. Así como, hacer que los consumidores se sientan seguros de comprar el producto, crear una imagen de cómo se ve y cómo funciona.
El proceso de publicidad puede ser increíblemente costoso, pero también puede tener un impacto significativo en los resultados de una empresa. Cuando se hace correctamente, la publicidad puede llevar a los nuevos clientes al sitio web de una empresa, aumentar el reconocimiento de la marca y el retorno de la inversión de los clientes existentes. La clave para crear una campaña publicitaria efectiva es garantizar que el mensaje esté dirigido a la audiencia correcta.